Algunas pautas para que no haya que lamentar víctimas y que pasado el día B no os retiremos el saludo:

• No nos dejan tirar nada sintético al césped, ni confeti ni derivados, ¿vale?

• Ya os advertimos que el equipo gallego hace gala de un humor que está prohibido en algunos estados. Tienen un microcosmos inaccesible y a un catalán infiltrado con una tendencia a desnudarse superior a la media. Y lo peor: contagiosa. ¡Ah!, les oiréis insultándose a gritos sin motivo aparente: no os escandalicéis, en realidad es una muy buena señal. Gallegos, eso sí, moderad las ganas de imitar el acento de los autóctonos, y por lo que más queráis, no les digáis Muyayo. Sonríen educadamente porque tienen un flow que quita el sentido, pero están hasta el moño de escucharlo.

• En cuanto al equipo canario, siguen obsesionados con las danzas tribales: si los de fuera oís que suena música de charanga y se transforman, rollo aborigen, que nadie se asuste, que no huelan el miedo, intentad mimetizaros con el medio y que parezca que lleváis toda la vida bailando La Rama. Y canarios, si os queréis hacer entender, intentad utilizar palabras universales, no os vengáis arriba diciendo calufa, alongarse o chivichanga.

• En caso de que el conflicto sea inevitable, ideas aquí y aquí.

• Por cierto, otro motivo para ser puntual: no va a haber seating plan, sentaos y distribuíos como os dé la gana, que parecéis niños chicos, hombre ya.